Iglesia de San Clemente de Tahull
La Iglesia de San Clemente de Tahull (en catalán, Sant Climent de Taüll ), es una iglesia románica de planta basilical perfecta que se encuentra en Tahull ( Taüll, en catalán), municipio del valle de Bohí, provincia de Lérida.
En 1931 fue declarada Monumento Histórico-Artístico ( Bien de Interés Cultural ) y en el 2000, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco dentro del conjunto de las Iglesias románicas catalanas del Valle de Bohí, si bien desde la organización se manifestó el deseo de que en el futuro las pinturas y mobiliario originales de las diversas iglesias fueran devueltas por el MNAC (Museo Nacional de Arte de Cataluña). La iglesia fue consagrada el 10 de diciembre, de 1123.
Su planta de basílica perfecta con tres naves contrasta bastante con la techumbre de madera, sustituida en la época por la bóveda de piedra y ladrillo. Por otro lado, la decoración lombarda del exterior sitúa a la iglesia en una modernidad que se había extendido ya por las regiones italianas de Mantua y Verona. Es de planta basilical con tres naves, con un ábside y a sus lados dos absidiolos, el que corresponde a la nave central más grande que los otros dos, más una torre exenta situada en la fachada meridional hacia oriente, muy cerca de los ábsides. Las naves convergen ligeramente hacia la cabecera. La estructura del edificio es rústica, con la piedra de los muros sin tallar. Éstos no tienen ventanas, siendo sus únicos vanos las dos puertas, la meridional y la occidental (más la que da acceso a la torre). La construcción de la cubierta es muy primitiva y rústica. Las vigas están superpuestas y tendidas de muro a muro sin atirantar, formando así una armadura central donde se distribuyen las otras vigas que sostienen el techo. Las naves están divididas por tres columnas cada una. Carecen de ventanas al exterior. Las columnas son cilíndricas, hechas de piedras amalgamadas. Algunas salen directamente desde el suelo mientras que otras se asientan sobre una basa muy simple. En la parte superior están adornadas con un collarín de esquinillas, típica decoración lombarda, sobre todo de exteriores. Estas columnas carecen de capiteles y en su lugar están rematadas con ábacos muy sencillos sobre los que se asientan los arcos. Sobre los arcos se eleva el muro que tiene la suficiente altura para dar lugar a las dos vertientes del tejado.
El ábside central está decorado por grupos de cuatro arquillos ciegos, dobles, separados por medias columnas. Sobre ellos corre un friso de esquinillas como el que se ha visto en algunas de las columnas del interior. El tramo central tiene una ventana y sobre los laterales hay sendos vanos en forma de ojo de buey. Los absidiolos también llevan la misma decoración lombarda, pero con grupos de tres arcos ciegos en lugar de cuatro. La torre campanario es cuadrada, alta y esbelta como todas las torres lombardas levantadas en el valle de Bohí. Consta de cinco pisos asentados sobre un zócalo macizo bastante alto. En las cuatro caras de cada piso se repite la misma decoración y distinto número de ventanas. En el zócalo hay una sola ventana más los cinco arquillos ciegos. En los restantes pisos varía el número de ventanas, separadas por columnillas cuyos capiteles en forma de zapata están dispuestos perpendicularmente al muro de la torre.
En su origen toda la iglesia estuvo revestida con decoración polícroma, las paredes de las naves, los ábsides, y las columnas. Se han conservado a través de los siglos las pinturas del ábside central, de uno de los absidiolos y de las claves de los otros arcos. Estas pinturas fueron trasladadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) para protegerlas y conservarlas adecuadamente. Las del ábside central fueron reproducidas in situ con copia exacta. Los artistas son anónimos pero el maestro que pintó el ábside central es reconocido en el mundo artístico como maestro de Taüll. Se distingue como un pintor muy bien formado que domina las técnicas y que conoce la iconografía que estaba al uso en la época.
Representan el Pantocrátor metido en una mandorla perlada, sentado en una franja transversal que está decorada con dibujos vegetales. A la altura de sus hombros están dibujadas las letras griegas Α y Ω, simbolizando a Cristo como principio y fin de todas las cosas. El Pantocrátor está en actitud de juzgar con su mano derecha mientras que en la izquierda sostiene un libro abierto en que puede leerse: «Ego sum lux mundi» El significado de esta frase es "Yo soy la luz del mundo". Está vestido con una túnica grisácea y envuelto en un manto azulado. Sus pies desnudos descansan sobre una semiesfera, saliéndose de la mandorla. A su alrededor se ven cuatro ángeles que llevan los atributos de los cuatro evangelistas los Tetramorfos y dos serafines de seis alas en las que se han dibujado seis ojos. La zona inferior muestra un fondo de tono azulado sobre el que están dibujadas las figuras de la Virgen y cinco apóstoles, bajo arcos rebajados que se apoyan sobre capiteles foliados.