La Santa Capilla (Sainte-Chapelle)

La Santa Capilla (Sainte-Chapelle en francés) es una capilla o templo gótico localizado en la Île de la Cité, en el centro de París. Forma parte del palacio real propiedad de la dinastía de los Capetos.

La construcción de la Santa Capilla fue comisionada por el rey Luís IX alrededor de 1239 para albergar su colección de reliquias religiosas adquiridas al Imperio Bizantino, en concreto al último rey latino Balduino II. Entre todas ellas se encontraban la corona de espinas, parte de la cruz, el hierro de la lanza, la esponja y otras reliquias del martirio de Jesucristo que fueron traídos desde Siria y Constantinopla y alojadas en un primer momento en la capilla de San Nicolás a la espera de un templo digno de las mismas.Se dice que el coste de las reliquias superó en su día el coste entero de la construcción de la Santa Capilla.

La Santa Capilla inició sus obras probablemente en 1242 finalizándose en 1248 y siendo dirigidas por Pierre de Montreuil, arquitecto conocido también por el diseño de parte de la catedral de Notre-Dame y la basílica de Saint-Denis. Fue consagrada el 26 de abril de 1248 y en el día de hoy se considera uno de los máximos exponentes del gótico temprano. Durante la Revolución Francesa fue seriamente dañada, restaurándose posteriormente de la mano del arquitecto francés Eugène-Emmanuelle Viollet-le-Duc, especialmente en la restauración de muros y columnas así como en las coloridas vidrieras.

En efecto, una de las características principales de la capilla son sus enormes vidrieras del siglo XIII, muchas de las cuales sustituyen enteramente paredes y filtran la luz a través de sus motivos religiosos dotados de un espectacular colorido. La capilla se divide en dos partes, la capilla baja dedicada a la Virgen y que soporta todo el peso de la capilla alta. Si bien actualmente muchas de las reliquias que se exhibían en la Santa Capilla se encuentran en la catedral de Notre-Dame, aún muchas de ellas pueden ser visitadas. Sin embargo, quizá lo que más sorprende de la construcción, además de las espectaculares vidrieras es la decoración policromada del interior en tonos azules, rojos y amarillos, muy vivos y ciertamente poco habituales en construcciones de tipo religioso.En la capilla baja también sus columnas se encuentran decoradas con flores de lis y castillos, simbolizando por un lado la realeza francesa y la corona de Castilla.

La capilla tiene 36 metros de largo, 17 de ancho y unos 43 metros de alto, especialmente visibles en los 20 metros de la capilla alta. Dispone de una sola nave que contiene siete paneles. La capilla alta está coronada por una espira de 33 metros de alto.