Banco de Parque Güell

El banco del Parque Güell es el más largo y bello del mundo y uno de los más famosos. Su construcción se sitúa rodeando la plaza central del parque, al final de las escalinatas de acceso y justo encima de las 86 columnas de la Sala Hipóstila. Desde el banco, los visitantes pueden disfrutar de unas inmejorables vistas de Barcelona, uno de los mayores atractivos del Parque Guell y de la ciudad.

El emblemático banco-mirador, de 110 m de longitud y forma ondulada, está formado por módulos prefabricados de piezas cóncavas y convexas, todas ellas ergonómicas y la peculiar disposición de las mismas permite que las personas sentadas en él puedan disfrutar de mayor privacidad. Asimismo, su posición permite que el sol lo bañe en invierno y la sombra lo haga más apetecible en verano. El revestimiento lo compone un mosaico de azulejos cerámicos blancos y multicolores, dispuestos según la técnica del trencadís obra de Josep Maria Jujol, fiel colaborador de Antoni Gaudí y uno de los más creativos. La base del módulo es blanco y la estructura del respaldo, lo compone un mosaico de trencadís multicolor con predominio de los colores amarillo, azul y verde que según Gaudí simbolizaban la caridad, la fe y la esperanza. Dispone también de un ingenioso y artístico sistema de drenaje de aguas a través de gárgolas en la parte inferior, para secar el banco rápidamente en días lluviosos.

La plaza del Parc Guell en la que está ubicado el banco, no se encuentra asfaltada, ya que sirve para recolectar las aguas pluviales que se canalizan a través de las columnas de la sala Hipóstila, se recogen en un gran depósito subterráneo y se usan para regar el parque.