Palacio Real de Pedralbes

El Palacio Real de Pedralbes es un palacio rodeado de bellos jardines que se encuentra en la avenida Diagonal, en el distrito de Les Corts de Barcelona.

Fue construido sobre una masía del siglo XVII que adquirida por el Conde de Güell, mecenas arquitectónico de la ciudad de Barcelona, encargó a Joan Martorell la transformación del edificio en la Finca Güell, junto con una masia cercana, en el año 1862. El arquitecto construyó un palacio y una capilla posterior de estilo neogótico y lo acompañó de numerosos jardines alrededor. Posteriormente, el mismo Eusebi Güell encargó a Antoni Gaudí la reforma de la casa, los pabellones de portería y el rediseño de los jardines de los cuales aún se conserva la Fuente de Hércules, una fuente con un busto del héroe mitológico griego escondida entre la vegetación.

Posteriormente Eusebi Güell en agradecimiento al título nobiliario que la realeza le había otorgado, cedió la casa a la Corona la cual contrató a los arquitectos Eusebi Bona y Francesc Nebot para convertoir el palacete en Palacio Real. El actual palacio presenta una estructura de nave central de cuatro plantas y capilla posterior, y a cada lado dos alas curvadas de tres plantas, con una fachada claramente noucentista. Los jardines fueron rediseñados por nicolau maría Rubió y se crearon unas fuentes a cargo del arquitecto e ingeniero Carles Buïgas para completar lo que desde 1924 hasta 1931 fue la residencia real en sus visitas a la ciudad. Posteriormente a la Guerra Civil, el Palacio volvió a ser residencia del jefe de Estado pasando a disposición de la Generalitat de Cataluña una vez instaurada la democracia. Actualmente acoge la sede del museo de Cerámica y del Museo de Artes Decorativas y se espera que acabe siendo sede del secretariado de la Unión por el Mediterraneo.

Sus jardines, tupidos y de gran belleza acogen gran cantidad de especies autóctonas y exóticas como ejemplares de Gingko biloba, un árbol centenario procedente de Asia.