Castillo de Neuschwanstein

El castillo de Neuschwanstein es un castillo situado en Baviera, en la localidad de Schwangau, cerca de Füssen, en Alemania.

Neuschanstein es uno de los castillos de revival neogótico y neorománico más conocidos del mundo. Construido por mandato del rey Luis II de Baviera, el 'rey loco' en 1866, originalmente era conocido como el nuevo Hohenschwangau, en honor del lugar donde el rey pasó gran parte de su infancia. Cabe destacar que el castillo fue construido cerca del castillo de Hohenschwangau, el castillo propiedad de su padre Maximiliano II de Baviera.Tras la muerte del rey pasó a denominarse como hoy se le conoce, que traducido al castellano podría ser algo así como 'piedra nueva de cisne' quizá por el uso de la blanca piedra caliza con la que en su mayor parte se encuentra cubierta.

El castillo fue construido en lo alto de un acantilado entre montañas, lo cual le da un aspecto distintivo a su acceso y a la globalidad del castillo. Se trata del castillo más visitado de Alemania y quizá uno de los más famosos, debido principalmente a las historias fantásticas que existen alrededor de la vida de Luís II y sobre su excentricidad y los misterios no desvelados sobre su muerte. Es uno de los destinos turísticos más importantes de todo el país, en parte también por Walt Disney que lo tomó de referencia para dibujar el castillo de su cuento animado, 'La Bella y la Bestia'. 

El castillo de Neuschwanstein se construyó en una época en que los castillos y las fortalezas ya no eran necesarios desde el punto de vista estratégico, y fue el deseo romántico del rey, forjado en su delirio onírico hacia Richard Wagner y sus óperas. El castillo, de pura fantasía con sus torres, sus castillos y sus muros pretende quedar armonizado con las montañas aledañas y los lagos. Es considerado un capricho excesivo para algunos y una maravilla de la arquitectura para otros puesto que además del maravilloso enclave en el que se encuentra muestra una deliciosa combinación de estilos arquitectónicos históricos, románico y gótico medieval entre otros. Su interior alberga múltiples piezas de artesanía y la decoración interior no es funcional, sino estética, siendo en buena medida el producto de la mente de un escenógrafo teatral.

El rey Luis II, loco para algunos aunque muy popular para otros ya que era un rey que gustaba de acercarse al pueblo, no invertía dinero público en la construcción de sus propiedades y además propició, quizá por su poco interés en política, que el estado de Baviera no participara en ninguna guerra durante su reinado.

El rey dejó la capital, Múnich, y se instaló permanentemente en el castillo en 1884 para supervisar su construcción a pesar de que murió antes de verlo acabado. Diversas posiciones del gobierno querían inhabilitarle por su supuesta condición de loco e instaurar la regencia de su primo. Finalmente consiguieron que un psiquiatra avalara la condición a pesar de que nunca había visitado en persona al rey y finalmente  en 1886 fue incapacitado. Murió ahogado en el lago de Starnberg en Múnich, en extrañas circunstancias.

Los descendientes de Luis II vendieron el castillo al gobierno bávaro, pasando más tarde al alemán. El palacio es propiedad del Estado de Baviera, a diferencia del Castillo de Hohenschwangau, que es propiedad de Franz, duque de Baviera. Neuschwanstein participó en la elección de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo, pero no ganó.

El castillo, que fue construido con los medios más modernos se encuentra asentado sobre unos cimientos asegurados con cemento y en un primer momento fue construido con ladrillo, como aún puede observarse en la puerta principal. Posteriormente parte de la construcción fue revestida de piedra caliza de canteras próximas al castillo que le dan el aspecto actual de color gris claro. Consta de diversas zonas como la casa de caballeros, las dependencias del servicio justo en la entrada, las dependencias de damas y la residencia señorial, entre otros. Coexisten dos patios desde los cuales las vistas al valle, los lagos y las montañas son insuperables. La decoración interior hace referencia principalmente a motivos religiosos, ya que la dinastía era de raíces profundas católicas y se cuenta que quizá fueron esas creencias las que no permitieron al rey vivir plenamente su homosexualidad.